La senda de las flores es un camino bello y entusiasmante para explorar el Reino Plantae. En el florecimiento la energía de la planta es transformadora, sensible y expansiva. Las flores despliegan colores, formas, aromas y texturas, llegan insectos, aves y mamíferos que transportan el polen entre las plantas. La vibración de la vida une y comunica.
A través de la solarización, la luz y la energía del sol trasladan la vibración de las flores al agua.

Recibir con respeto y gratitud la energía de las plantas, y observar efectos, conexiones, aperturas. Diálogo de efectos benéficos y sanadores, cada planta un regalo: una expande los sentidos, otra ayuda a soñar, otra a realizar, otra a inspirarse, otra a conectarse con plantas y animales, otra a recuperar el cuerpo, otra a hacer fluir la energía o a ampliar la consciencia. Sutil y amable apertura al Reino Plantae, la evidencia de los resultados entusiasma y motiva a seguir el viaje.

La senda de las flores es una cocreación sensible, artística y poética en la belleza y la magia que tiene distintos momentos.
El primero: hacer contacto, dejar que una planta, un ejemplar, se manifieste y llame. Estar disponible. Aunque se trate de intencionar la búsqueda, casi siempre es la planta la que decide, la que se hace notar y abre el diálogo.
El segundo: la cosecha de la energía mediante la solarización (las fotografías de esta página corresponden a esta etapa) y luego, embotellar y preservar las esencias.

El tercero: la investigación de los efectos de la energía emocional, corporal,mental y/o espiritual que moviliza la planta al entrar en cada persona. En ocasiones, las propias observaciones se pueden complementar con las de otros buscadores de sistemas florales. A menudo hay coincidencias, a veces no.
El cuarto: compartir las esencias vibracionales, sus beneficios y regalos. La senda de las flores es una invitación a habitar y dejarse habitar por las plantas, a explorar otros mundos… a Arborecer.
